NADA SE QUEDA SIN RETOCAR
Así, Britney Campell, la pequeña de 8 años, se tumba periódicamente sobre la camilla de un salón de belleza para que que le inyecten sustancias antiarrugas en la frente, labios y contorno de ojos. El objetivo de la niña - y hay que suponer, sobre todo, de la madre- es que Britney pueda triunfar y ser una estrella, como Lady Gaga, a la que la pequeña admira con gran entusiasmo. Kerry lamenta además que cuando ella era pequeña no hubiera esta posibilidad.
Frente, labios y el contorno de los ojos han sido sus objetivos hasta ahora sin olvidar que le hace la cera para eliminar el poco vello corporal que pueda tener.
TIENE DEFENSA
La mamá del bótox, para defenderse de las críticas que ya se han suscitado, dice que estos productos los prueba primero sobre ella misma antes de inyectárselos a Britney.
Por su parte, Campbell Britney, que así se llama la pequeña, parece encantada con su nueva imagen y exige cada vez con más frecuencia eliminar las 'arrugas' que dice tener. "Cada noche compruebo si tengo más arrugas y si veo alguna quiero más inyecciones", apunta la niña, entre cuyas aficiones están bailar las canciones de Lady Gaga, la moda y, claro, maquillarse.
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