martes, 25 de octubre de 2011


 Anciana y camello.

Una mujer de 61 años de edad, es acusada de querer llamar a un detective para hacer un negocio de drogas. La mujer no quería llamar a la policía, pero accidentalmente llamó al teléfono de un detective. Alprincipio pensó que se trataba de una broma y la ignoró.

En las llamadas iniciales, dijo que quería vender unas pastillas. Él la ignoró, evidentemente, a ella no le gustó ser ignorada, así que empezó a enviar una serie de mensajes de texto. El teniente Jeffrey Scott dijo que ahí es cuando tomaron en serio las llamadas. La policía fue capaz de encontrarla, llevaba 30 pastillas de hidrocodona, que se venden en unos 20 dólares cada una, llevaba además una pipa de marihuana.

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